Shell está planificando en el sitio de Hamburgo la construcción de un centro de pruebas para infraestructura de carga, que según la compañía, establecerá nuevos estándares en el campo de la electromovilidad. La instalación en el Shell Technology Centre Hamburg está diseñada para capacidades de carga de hasta cinco megavatios y se dirige principalmente a aplicaciones en transporte de carga pesada, como camiones, autobuses o maquinaria de construcción y agrícola. También se podrán probar allí en el futuro barcos impulsados eléctricamente.
Según Shell, es actualmente el proyecto más poderoso de este tipo en Alemania. El centro tiene como objetivo principal investigar de manera práctica la interacción entre la infraestructura de carga, la tecnología de vehículos y las condiciones climáticas y de software. Se espera que las primeras pruebas comiencen a finales de 2025, y se prevé la finalización completa para 2027.
Felix Faber, presidente de la junta directiva de Shell en Alemania, declaró: "Con la construcción del centro de pruebas más poderoso para vehículos pesados eléctricos e infraestructura, somos pioneros en la industria. Con esto, podemos apoyar significativamente al
sector del transporte en la reducción de emisiones de CO2 y, al mismo tiempo, mantenernos competitivos. La carga rápida y eficiente para los impulsos eléctricos es inmensamente importante en el área de transporte, ya que en particular en esta industria, el tiempo es dinero. Precisamente ahí es donde enfocamos nuestro centro de pruebas para carga de megavatios. Aquí pueden madurar más las soluciones, los socios industriales se reúnen y, junto con nosotros, contribuyen a la electrificación y, por lo tanto, a la descarbonización de todo el sector."
Según Shell, el centro de pruebas servirá tanto para el desarrollo de sus propios productos, a través de filiales como SBRS, Ubitricity o Shell Recharge, como una plataforma de pruebas independiente para socios externos. Los fabricantes de vehículos, proveedores de infraestructura de carga o operadores de flotas pueden probar allí componentes, sistemas y soluciones de software en cuanto a su rendimiento, seguridad y practicabilidad. Para ello, se disponen, entre otras cosas, de doce bancos de pruebas automatizados, más de 50 estaciones de prueba flexibles y cámaras climáticas.
Un enfoque de las pruebas
se centra en el Sistema de Carga de Megavatios (MCS), que se ha desarrollado principalmente para vehículos comerciales eléctricos. La infraestructura también permite pruebas bajo condiciones climáticas extremas que van desde menos 40 hasta más 50 grados Celsius. Se emplean instalaciones de media tensión con 10 kV AC y 3,6 kV DC, así como un emulador DC bidireccional de hasta 5,2 MW. La operación de prueba es también posible en modo paralelo con varios sistemas de carga de 800 kW.
Según Shell, el centro se operará completamente con energía renovable. Un campo de prueba especial está destinado a lo que se denomina construcciones de alto riesgo. Allí se pueden probar de manera segura los sistemas de propulsión eléctrica de camiones y vehículos todoterreno, incluso con funciones de conducción autónoma. Otros enfoques incluyen pruebas automatizadas de baterías hasta el nivel de riesgo más alto, pruebas de interoperabilidad y simulaciones de hardware en el circuito. En perspectiva, también se integrarán aplicaciones de almacenamiento a gran escala y para barcos.
El centro de pruebas se desarrollará en un área de aproximadamente 3,500
metros cuadrados e incluirá además de un edificio de oficinas e instalaciones eléctricas, un hangar de pruebas externo, un área de taller y una reserva de expansión de otros 500 metros cuadrados.
Con el proyecto, Shell persigue según su propia declaración el objetivo de dar forma activa a la electromovilidad en el sector del transporte mediante el desarrollo de infraestructura y pruebas de tecnología. Al mismo tiempo, el centro pretende fortalecer el papel de Hamburgo como una ubicación para la investigación de movilidad y aplicaciones industriales. Según sus propias declaraciones, la empresa pretende operar con neutralidad climática en todo el mundo para 2050. Para ello, la expansión de la infraestructura de carga es parte de la estrategia de la empresa al igual que los combustibles alternativos como el diésel renovable o el bio-GNL.
El Shell Technology Centre en Hamburgo existe desde 1956 y forma parte de la red internacional de desarrollo del grupo. En el centro, equipos interdisciplinarios trabajan en el desarrollo de soluciones técnicas para reducir las emisiones de CO₂, también en estrecha colaboración con la industria automotriz.